Primaria

A los seis años comencé la primaria en la escuela “Gabriela Mistral”. La mayoría de mis amigas del kínder también entraron ahí, ya que quedaba justo al lado. Eso me hizo sentir acompañada y menos nerviosa por empezar una nueva etapa.

Mi maestra de primero y segundo grado se llamaba Lulú. Ella me ayudó mucho a mejorar en matemáticas y a entender que aprender podía ser divertido. Gracias a ella, esa etapa fue bastante tranquila y llena de buenos recuerdos. Me gustaba ir a la escuela y aprender cosas nuevas cada día.

En tercer grado tuve una nueva maestra llamada Rocío. Aunque no recuerdo tantos detalles de ese año, sí sé que me seguía llevando bien con mis amigas de siempre. Fue un año más calmado en cuanto a emociones, pero igual de importante para mi crecimiento.

Cuando pasé a cuarto grado, mi maestro fue Jesús, quien se convirtió en uno de mis favoritos. Era muy buena onda y divertido. Me ayudó a sentirme segura participando en clase. Él fue mi maestro durante cuarto y quinto grado, y durante ese tiempo también hice nuevas amistades.

En sexto grado conocí a otra maestra, y también hice una nueva amiga llamada Andrea, además de su primo Sebastián. Fue un año de cambios, pero cerré la primaria con nuevas amistades y muchos aprendizajes que me prepararon para lo que vendría en secundaria.